Son unidades ligeras y portátiles que permiten ejecutar aplicaciones de manera aislada junto con todas sus dependencias (como bibliotecas y configuraciones) en cualquier entorno, sin importar el sistema operativo subyacente.
Esto facilita el despliegue y la escalabilidad de aplicaciones en la nube, ya que los contenedores pueden moverse fácilmente entre diferentes servidores y plataformas en la nube.
Es una arquitectura de diseño de software donde una aplicación se descompone en pequeños servicios independientes, cada uno encargado de una funcionalidad específica.
Cada microservicio puede ser desarrollado, desplegado y escalado de manera independiente, lo que mejora la agilidad, la resiliencia y la escalabilidad de las aplicaciones en la nube. Los microservicios suelen ejecutarse en contenedores, lo que facilita aún más su gestión y orquestación en entornos de nube.
Juntas, estas tecnologías optimizan el desarrollo y la operación de aplicaciones modernas, permitiendo una mayor flexibilidad, scalabilidad y eficiencia en la nube.